A pesar de que en un principio la mayoría de los huancasanquinos apoyaban a la guerrilla, sus excesos y abusos con la población cambiaron esta tendencia, y la comunidad se organizó para hacerles frente.
Lo llevaron a la plaza de armas del pueblo, lo apedrearon, acuchillaron y prendieron fuego, para rematarlo con un disparo.
Los miembros de Sendero Luminoso también quemaron a los pobladores con agua hirviendo.
En la entrevista, dijo: A la larga, Sendero Luminoso perdió la guerra contra el Estado peruano, y Abimael Guzmán y varios miembros de la cúpula senderista fueron capturados en Lima en 1992.
[5] En enero de 2008, la Corte Suprema del Perú confirmó que Guzmán ordenó la matanza y mantuvo la cadena perpetua.
Aquel fatídico día, llegaba a caballo desde Condorhuachana cuando se topó con un grupo de senderistas.
Edmundo Camana quedó tendido inconsciente y gravemente herido, pero logró escapar al ser dado por muerto.
Allí fue donde se le tomó la famosa foto, aunque ocultó su verdadera identidad debido al terror de que lo volvieran a capturar los senderistas.
Guiados por un familiar de Camana, lo encontraron viviendo en una cueva, en unas condiciones lamentables y muy enfermo.
Algunos medios denunciaron que sus últimos días de vida fueron utilizados políticamente.