Cristián III de Dinamarca

Victorioso, se convirtió en un monarca fuerte, confiscó las propiedades de la Iglesia y reactivó las finanzas del reino.Su primer institutor, Wolfgang von Utenhof, y su tutor, Johann Rantzau, fueron defensores a ultranza de la Reforma protestante.El primer servicio público del joven príncipe fue la rendición de Copenhague, ciudad que se mantenía fiel al exiliado Cristián II.Sus inclinaciones luteranas no fueron bien recibidas por el Consejo real, cuyos miembros eran mayoritariamente católicos, ni por su padre, que mantenía una política cautelosa.La facción católica, confrontada con el príncipe, intentó favorecer en la sucesión al hermano menor de este, Juan.Se llegó a barajar que su primo, el depuesto Cristián II, entonces prisionero en un castillo, podía volver al trono.En un principio, Cristián y sus seguidores consiguieron controlar Jutlandia; en septiembre de 1534 se produjo una rebelión campesina liderada por Skipper Clement en la península, que, sin embargo, logró ser sofocada.Cuando la Guerra del Conde terminó con la victoria total de Cristián III, éste envió fuerzas militares a Noruega, y el arzobispo Olav tuvo que abandonar el país.
Sello real de Cristián III.