Cristóbal de Velasco

Se le documenta en 1588 cobrando junto con su padre las pinturas del retablo mayor de la iglesia parroquial de Sonseca, conservadas in situ, en las que su padre había trabajado de 1574 a 1581.

[2]​ Firmada con un anagrama que podría leerse «BE LA S /CO», la tabla reproduce fielmente el original conservado en el Museo del Prado, en el que ingresó procedente del Museo de la Trinidad con los bienes desamortizados del monasterio segoviano.

[3]​ Los escudos heráldicos añadidos por Velasco en su copia, identificados como pertenecientes a las familias de los Girón y los Loaysa, corroboran la identificación de esta tabla con el trabajo que Velasco realizaba en el Parral para el arzobispo toledano,[4]​ y podría explicar, dada la formación teológica del comitente, que Velasco sustituyese los caracteres pseudohebreos del original por un texto perfectamente legible en hebreo tomado de los Salmos con alusiones al pan y al vino.

[8]​ Al año siguiente ya se le documenta en Madrid, donde falleció y fue enterrado en la iglesia de San Felipe el Real.

Por el pleito citado contra los testamentarios del cardenal Loaysa, consta su amistad íntima con otros pintores, entre ellos Jerónimo de Calabria y Fabricio Castello, y que en su taller contaba con un oficial llamado Juan de Olivares.

La fuente de la vida , óleo sobre tabla, 185,5 x 115,5, Oberlin , Allen Memorial Art Museum .