Otros miembros de la familia del cuarzo criptocristalino son el ágata, la cornalina y el ónice.
A diferencia de muchos miembros no transparentes de la familia del cuarzo, que deben generalmente su atractivo a sus marcas o filigranas, en la crisoprasa es el color lo que hace su belleza.
Cortada en cabuchones (gemas abovedadas lisas con la espalda plana para su uso en joyería) puede ser tan deseada como la más delicada amatista.
El níquel se presenta por lo general en laminillas de willemseíta, un filosilicato parecido al talco (Vasconcelos y Singh, 1996).
Los yacimientos más famosos de crisoprasa se encuentran en Queensland, Australia Occidental, Alemania, Polonia, Rusia (en los Urales), Arizona, California y Brasil.