Criptograma musical
Son numerosos los compositores que han empleado la criptografía como método de composición para dejar mensajes ocultos en sus partituras.Mucho más raro es el uso de la notación musical para codificar mensajes en el ámbito del espionaje.En cualquier caso, al existir muchas formas de relacionar notas y letras, a menudo es difícil descifrar estos criptogramas.[2] Se cree que este método fue utilizado por primera vez por Josquin des Prez en su Missa Hercules Dux Ferrariae de 1503.En esta obra el nombre en latín del dedicatario Hercules Dux Ferrariae (Ercole I d’Este, duque de Ferrara) se convierte en re–ut–re–ut–re–fa–mi–re, donde hay que recordar que ut es el nombre antiguo de la nota do.Otros compositores han optado por ignorar las letras que no tuvieran una traducción a notas musicales.Dado que una nota codifica varias letras la correspondencia no es biyectiva y es difícil extraer el texto a partir de un motivo.Numerosos compositores usaron los procedimientos mencionados en el siglo XX, con obras que homenajeaban a otros colegas usando diversos sistemas de cifrado.[4] Son numerosos los compositores que han utilizado esta técnica, desde J. S. Bach, con el sujeto de algunas de sus fugas, hasta Johannes Brahms o Robert Schumann, o compositores del siglo XX, como Alban Berg u Olivier Messiaen.Este método también se conoce como «cifrado Mata-Hari», ya que la famosa espía lo utilizó en más de una ocasión.