El Corregimiento de Guayaquil fue una organización jurídica e institución colonial de control regida por el derecho indiano; e inspectiva de justicia, política y recaudación fiscal con residencia en una entidad territorial ultramarina integrante del Imperio español.
Los Virreyes del Perú acostumbrados a los regalos y a las prebendas de riquísimos vecinos porteños expidieron cédulas donde en materia aduanera, comercial y mercantil no se le rindiese cuentas a la Audiencia de Quito, sino a la persona del Virrey directamente.
La persona nombrada Corregidor de Guayaquil hasta mediados del siglo XVII aparece su nombramiento ligado a la tradicional vinculación histórica con la ciudad de San Gregorio de Puerto Viejo, incluyéndose textualmente esto en las provisiones originales que se refieren al título como Corregidor de Guayaquil y Puerto Viejo.
Guayaquil y Puerto Viejo en primera instancia desde sus respectivas fundaciones fueron Tenencias que estuvieron supeditadas a la autoridad de la Gobernación de Nueva Castilla, a la Gobernación de Quito y posteriormente al Corregimiento de Quito hasta 1552 cuando se intuyó la inauguración del Corregimiento, en lo cual ambas tenencias se unificaron.
El Corregidor por orden del Rey tendría un sueldo de mil pesos ensayados.