No se puede acreditar con exactitud si la información contribuida por los españoles de este poblado fue exacta o mera exagaración para engrandecer su presencia como solían hacer con otras poblaciones de la Región Amazónica fundadas en la época.
Otras informaciones nos dan a conocer que su fundación fue llevada a cabo por los acompañantes del viaje de Barahona como Alonso de Mercadillo, Hernando de Benavente y por último Juan de Salinas el fundador de los poblados en la cuenca del río Mayo-Chinchipe en diferentes años y fechas.
Pasados los primeros sustos volvieron algunos de sus habitantes para poblarla nuevamente, e hicieron un acuerdo con los shuar en el sentido de que ninguno se dedicaría a trabajar en la extracción de oro, actividad que quedaba exclusivamente para los indígenas.
Durante la existencia de este poblado sus habitantes cultivaron papayas, maní y frijoles.
Durante muchos años fue solamente un olvidado poblado de indígenas que poco a poco fue desapareciendo tragado por la espesura de la selva, pero el 25 de enero de 1850, una expedición compuesta por los señores Pedro Coloma, Mariano Delgado, José Urgilés, Felipe Alvarado y Carlos González descubrió sus ruinas y poco tiempo después empezó su nuevo levantamiento.