Convento de la Bien Parada (Abadía)
Fue construido en estilo barroco como convento para la Orden Franciscana, llegando a albergar estudios de Teología y Música.[2][3] En 1820 le alcanzó la «Ley sobre la Extinción y Reforma de Regulares» promulgada por el gobierno liberal, que obligaba a la comunidad a salir del mismo y entregar los enseres al Obispado de Coria, pero más adelante fue rehabilitado en el decenio absolutista.En 1830 no se pudieron dar las cuentas del convento, por haber fallecido el único fraile que lo atendía, sin morar ya en el inmueble.El claustro, de forma cuadrangular, se dispuso adosado al muro norte del templo.La planta desarrolla la forma de un amplio rectángulo (20 × 5 m aproximadamente) y se articula en tres crujías.La más antigua que se abre al claustro alto es adintelada y de cantería.El hueco de la derecha se horadó en época posterior, tras cerrarse la comunicación con el presbiterio, para permitir la entrada desde la huerta a esta estancia.[2] A esta estancia daban paso dos puertas de cantería: la adintelada, que se abría al presbiterio; y un arco escarzano en el ángulo nororiental para comunicar con el convento.Para incrementar la altura se añade a cada pilastra un fragmento cúbico de entablamento hasta alcanzar la cornisa, moldurada en tres filetes.[2] En torno al claustro se abren numerosas puertas adinteladas para dar paso a las diferentes dependencias.En el ángulo suroeste perdura el pozo con un brocal redondo y muy angosto formado por piezas verticales de sillería.[2] La crujía oeste del claustro se destinó a zona de habitación, como lo demuestran los numerosos compartimentos en que fue dividida para conformar las celdas, cuatro abajo, más la portería, y cinco arriba.[2] En el lado suroccidental y en línea con la fachada del templo se ubicaba la zona de servicios.Alrededor del edificio principal se conservan más restos vinculados al convento (zonas de huertos y otros).