Entre las drogas consideradas potencialmente para tal fin se incluyen: el alcohol etílico, la nicotina, la cafeína y drogas en el ámbito de la Convención Única sobre Estupefacientes y Convención sobre sustancias psicotrópicas de las Naciones Unidas.[1] Por «consumo» entendemos aquella modalidad de ingesta, inhalación o inyección en la que por el tipo de sustancia utilizada, por la cantidad, y por la calidad, se producen alteraciones en las funciones normales del sistema nervioso, lo cual puede intensificar la emoción de una experiencia recreativa.Sin embargo, un exceso en la cantidad o un defecto en la calidad de estas sustancias puede derivar en consecuencias indeseables para el organismo.Aun así, ingestas esporádicas pueden ocasionar reacciones de intoxicación aguda grave, aunque no sea lo más frecuente.El concepto del «consumo responsable» de droga implica que una persona pueda consumir droga con un motivo recreativo sin que ello suponga un riesgo significativo para su vida y su integridad física y mental.
Pipas de
hachís
de cerámica halladas en
Córdoba (España)
de época
andalusí
(siglo
X
). El consumo recreativo del
hachís
estuvo muy extendido en la sociedad hispanomusulmana medieval.