El término es empleado principalmente por adversarios de estos dos grupos, sean antimasónicos, antijudaicos o antisemitas.
La amalgama entre esos dos grupos fue hecha por los católicos franceses durante los años posteriores a la publicación del libro de Augustin Barruel Memoria para servir a la historia del Jacobinismo, en 1797, donde denuncia una conspiración masónica en la revolución francesa.
Algunos años después, las logias masónicas se abren a los judíos y los dos grupos son entonces relacionados.
[4] Según Jacob Katz, es en un libro de 1852 de Eduard Emil Eckert,[5] que una hostilidad común contra francmasones y judíos fue argumentada por primera vez.
[9] En 1932, el sacerdote católico Juan Tusquets publica Orígenes de la revolución española, considerada la obra con la que introduce en España el mito de la conspiración judeo-masónica internacional.