Invasión mongola de Corasmia

Esta breve guerra destacó no solo por la destrucción de un gran imperio, sino por el uso de tácticas despiadadas para someter a las poblaciones conquistadas: aquellas que se rendían eran respetadas, pero las que hacían frente a los mongoles o las que se sublevaban una vez conquistadas eran arrasadas y sus habitantes ejecutados hasta el último hombre.Gengis Kan envió mensajeros al emperador Mohamed II de Corasmia, con un mensaje saludándole como su igual.Incluso la invasión de China no había ocasionado muchas más muertes en comparación con las campañas llevadas hasta el momento.Este había tomado recientemente bajo su control parte del territorio, y estaba en disputa con el califa de Bagdad.No obstante, según la Historia secreta de los mongoles, Gengis Kan solo estaba interesado en un principio en entablar provechosas relaciones comerciales con su nuevo vecino, o incluso en establecer una potencial alianza.Gengis entonces envió una caravana con 500 musulmanes para establecer vínculos oficiales de comercio con Corasmia.[4]​ Gengis Kan envió entonces un segundo grupo de tres embajadores (uno musulmán y dos mongoles) para reunirse con el sah en persona y demandar la liberación de la caravana en Otrar, junto con la entrega del Gobernador para ser castigado.Los cambios se realizaron para aumentar las unidades secundarias de su temida caballería, tanto pesada como ligera.Seguía confiando en la movilidad de su caballería, pero incorporó aspectos aprendidos durante la guerra en China, particularmente en el asedio.También la red de inteligencia era formidable, ya que los mongoles nunca invadieron a un adversario cuyas capacidades militar y económica, así como su capacidad de resistir, no hubiera sido estudiada a fondo.El ejército del Sah contaba con aproximadamente 400.000 hombres, divididos entre las principales ciudades.Cansados y agotados del viaje, los mongoles todavía ganaron sus primeras batallas contra el ejército de Corasmia.Inalchuq se mantuvo fuera del alcance de los mongoles hasta el final, ya fuera escalando hasta la ciudadela en los últimos momentos del asedio o tirando azulejos a los mongoles que venían.Bujará no estaba fuertemente fortificada, tan solo contaba con un foso, una simple muralla y una ciudadela que toda ciudad de Corasmia tenía.Intentaron romper el cerco al tercer día de asedio, pero las fuerzas turcas (aproximadamente 20.000 hombres) fueron aniquilados en campo abierto.El resto de los soldados, fieles seguidores del Sah, resistieron en la ciudadela.Una vez tomada Samarcanda, el Khan le pidió a Subotai y Jebe, dos de sus mejores generales que salieran y dieran caza al Sah, que había huido al oeste huyendo de los mongoles.