El manuscrito que ha llegado a nuestros días data, sin embargo, del siglo XIV, y está escrito en caracteres chinos utilizados para representar fonéticamente la lengua mongola, cuya forma escrita había caído en desuso en el momento en el que se transcribió esta versión posterior, que se ha conservado hasta la actualidad.
La obra tiene estructura típica de saga, con numerosos pasajes en verso, y contiene también diálogos.
Como se ha comentado en la sección anterior, es posible que esta última parte haya sido añadida en un momento posterior.
Hubo otra obra histórica escrita por los mongoles, el Altyn debter (Libro de oro), que no ha llegado hasta nuestros días, pero que sirvió para compilar las historias sobre los mongoles escritas por los persas y los chinos.
Tales historias no tendrían sentido en una obra panegírica, lo cual parece confirmar su verosimilitud.
El primero en descubrir esta obra para Occidente y ofrecer una traducción del glosario chino fue el sinólogo ruso Piotr Kafárov en 1866.
Las primeras traducciones del texto mongol reconstruido fueron realizadas por el sinólogo alemán Erich Haenisch (edición del texto original reconstruido en 1937; traducción en 1941, segunda edición en 1948) y Paul Pelliot (ed.