En octubre el Gobierno Provisional de 1868-1871 decretó la libertad de asociación y ese mismo mes se fundó en Barcelona la Dirección Central de las Sociedades Obreras en la que se integraron las que habían subsistido durante la clandestinidad y otras nuevas que se crearon entonces.[6] Aunque la AIT fundada en Londres en 1864 ya era conocida en Barcelona, el contacto directo con la misma se produjo a través del italiano Giuseppe Fanelli, enviado por Bakunin, que llegó a Barcelona a finales de octubre de 1868 donde se entrevistó con los dirigentes de la Dirección Central.Además estos primeros grupos se dotaron de un doble nivel organizativo: uno público y otro secreto.«En este ambiente fue posible que el núcleo dirigente bakuninista barcelonés hiciera triunfar algunas de sus propuestas en el primer congreso obrero español, que tuvo lugar en Barcelona en junio de ese año».La presidencia la ostentó inicialmente Farga Pellicer pero la cedió a André Bastelica, un refugiado francés que un año después participaría en la Comuna de París.[21] En el Congreso estuvieron representadas tres corrientes: la bakuninista que era «antipolítica, antiestatal, colectivista y solo relativamente favorable al desarrollo de las sociedades obreras»; la sindicalista, subdividida a su vez entre una tendencia «apolítica» y otra «política», esta última favorable a continuar participando en el movimiento republicano-federal; y la cooperativista, poco interesada en la declaración de huelgas.[23] El primero fue la acción sindical —«la resistencia»— sobre el que se acordó la necesidad de crear sociedades obreras y de declarar huelgas reivindicativas —en este punto los bakuninistas aceptaron los postulados de los sindicalistas y así derrotaron fácilmente al sector cooperativista—, aunque estas últimas no se consideraron un fin en sí mismas sino un medio para avanzar hacia la revolución social y alcanzar así «la completa emancipación de las clases trabajadoras» realizada por ellas mismas.[24] Con este acuerdo, aprobado por 47 votos contra 2 y 23 abstenciones, «la resistencia dejaba de ser una actitud de tipo socio-profesional, para transformarse en socio-política, aunque tanto repugnase a aquellos hombres la expresión "política"».Los bakuninistas —que habían preparado las propuestas en reuniones previas y secretas de la Alianza—[30] intentaron convencer a los delegados sindicalistas políticos y a los cooperativistas de las virtudes del «antipoliticismo» pero éstos siguieron defendiendo la República federal.Al final se llegó a un acuerdo de cierta ambigüedad en el que «no se definía con claridad el antipoliticismo (es decir, la oposición global y sistemática a los partidos políticos, las elecciones y los parlamentos) sino un apoliticismo que, al recomendar a las sociedades obreras que renunciaran, como colectividades, a la política, no impedía la acción política de sus afiliados si se los consideraba de manera individual».[35] La minoría que se manifestó en contra del dictamen y defendió la participación política utilizó argumentos como el siguiente:[36][37] Francesc Tomàs Oliver valoró así este punto en sus Apuntes históricos del nacimiento de las ideas anarco-coletivistas en España publicados en La Revista Social entre 1883 y 1885:[38][39] Según Josep Termes, que el Consejo no radicara en Barcelona, como hubiera sido lo lógico pues era «la plaza fuerte del obrerismo», posiblemente se debió a que la mayoría de los delegados de las sociedades catalanas —unos 40 sobre un total de 74— no habían apoyado la línea radical apolítica aprobada en el Congreso.A los ocho de la mañana comenzó un desfile con el pendón de la AIT al frente, que llevaba la frase «No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos», y a continuación se celebró un mitin al que asistieron unos 10.000 obreros que cerró Farga Pellicer aludiendo a «la grande obra de la Internacional» y a que «sólo la Revolución social podía realizar nuestra emancipación social».No todas las sociedades obreras existentes entonces en España —unas 195 que tenían unos 25.000 asociados— se integraron en la FRE-AIT.