Combate de Paras

La resistencia montonera continuó por lo que Carratalá prosiguió su marcha destructiva por los pueblos de Lucanas y Parinacocha la gran mayoría de los cuales fueron también destruidos.

A su retorno por Pomacocha tuvo que hacer frente a la improvisada resistencia de ochocientos indios y mestizos apostados en las alturas, a los cuales causó 45 muertos y muchos heridos capturando también 5 carabinas y algunas lanzas, prueba de lo mal pertrechados que se encontraban los pobladores insurrectos.

A pesar de estas "victorias" la montonera del ya legendario Cayetano Quirós aún no había podido ser destruida y continuaba operando en el lugar, sin embargo luego del desastre del ejército patriota en la batalla de Ica, las monteneras quedaron sin ningún punto de apoyo, por lo que las divisiones de Carratalá y José Ramón Rodil pudieron concentrar todos sus esfuerzos en exterminar al bravo guerrillero.

Poco después y mientras intentaba desesperadamente resistir con sus hombres restantes fue nuevamente derrotado en la Puntilla, capturado y torturado fue conducido prisionero a Ica donde sería fusilado junto a sus lugartenientes en la plaza La Merced en Ica, el 5 de mayo de 1822.

[4]​ La destrucción de la montonera de Quirós significó un gran alivio para el virrey La Serna, ya que sus repentinos ataques y repliegues eran un constante dolor de cabeza para los comandantes de las guarniciones realistas, tal fue la relevancia de este hecho que el mismo Carratalá en el parte, que desde la cima de los andes dirigió al virrey La Serna satisfaciéndole sobre la gloriosa derrota que causó al caudillo Quirós, manifestó que tras este hecho y la victoria realista en la batalla de Ica, quedaba el país enteramente libre de enemigos hasta Cañete.