Resulta complicado discernir la magnitud del edificio y la importancia de su contenido desde el exterior, aunque las portadas son elementos claramente identificables.
Durante dicha reforma, la capilla fue tabicada para albergar la decoración flamígera y parte de ella fue destinada a la vivienda del campanero.
En cuanto a si la iglesia románica fue concluida en ese estilo o transitó al gótico, la actual condición del edificio dificulta tomar una decisión definitiva.
Sin embargo, es claro que, aun siendo románica en sus inicios, experimentó notables añadidos durante el periodo gótico.
Esta portada gótica, de diseño sencillo pero elegante, presenta un arco rebajado con molduras y decoraciones restauradas.
El tímpano destaca por su representación poco convencional del Juicio Final, centrando la atención en las figuras principales, especialmente Cristo, la Virgen y San Juan, rodeados por ángeles portando símbolos de la Pasión.
Presenta tres naves de anchuras notoriamente distintas: la central es amplia, en marcado contraste con las laterales, que son bastante estrechas.
Aunque equilibrado, el conjunto resulta frío y carente de emoción, donde la horizontalidad se manifiesta decididamente, aunque las naves laterales aún mantienen un tono vertical propio del estilo gótico, quizás debido a su estrechez.
La portada del Perdón, en consecuencia, pasó a ser lateral, al igual que la capilla de los Corporales.
Esta portada presenta un estilo renacentista muy tardío, con órdenes y un tipo "purista" clásico, con toques barrocos evidentes que sugieren una ejecución fechada en el siglo XVII.
El cuerpo superior incluye un ático con un gran relieve de los Corporales, columnas esbeltas y volutas abstracto-vegetales.
Posteriormente, se erigió el cimborrio sobre el tramo central de la nave transversal, funcionando como crucero.
Dos grandes trompas en los ángulos del fondo transforman esta sección a lo curvo, sugiriendo la forma de un ábside.
En el exterior, el ábside románico y la antigua Puerta del Perdón, que data de los siglos XIV-XV.
Este ábside, originalmente semicircular en su fondo, fue transformado en una capilla de planta cuadrada mediante un muro calado.
El conjunto presenta una decoración gótica flamígera suntuosa y barroca, con influencias claramente europeas.
El muro frontal se presenta más como un gran retablo que como un cerramiento tradicional, recordando a los jubés.
Entre los arcos y a los lados, se encuentran esculturas (probablemente profetas) bajo doseles ricamente calados.
En una zona intermedia, puramente ornamental, destaca una gran crucifixión flanqueada por dos parejas de ángeles que presentan los Corporales.
Los arcos de la parte inferior dan acceso al camarín o capilla propiamente dicha.
El estilo general sigue las tendencias del gótico tardío, con características netamente borgoñonas y una sensación poco refinada.
El valor artístico de la capilla reside más en su conjunto y en la realización decorativa que en los detalles individuales.
Sin embargo, es importante señalar que los repintes posteriores dificultan la evaluación absoluta de las esculturas.
El relato narra que, viéndose sitiados por los musulmanes, los caballeros cristianos celebraron una misa durante la cual las hostias consagradas en el corporal se convirtieron en sangre.
La capilla, al igual que la basílica ha servido desde su construcción como un lugar central y un punto de encuentro para la comunidad local.
Gracias a las reliquias se ha formado en la ciudad una rica economía sustentada por los peregrinos y turistas, maravillados por los milagros sucedidos en el lugar.