El nombre chilensis hace alusión a Chile, país que no cuenta con ninguna especie de tortuga terrestre.
En ese mismo año, Philip Lutley Sclater al advertir el error geográfico, resolvió modificar el nombre científico proponiendo su reemplazo por la designación argentina, en vez de chilensis.
Durante años varios autores continuaron empleando el nuevo nombre, pese a la opinión de Gray en 1872.
Posteriormente, por razones nomenclaturales, se empleó en adelante chilensis como nombre exclusivamente válido por la regla de prioridad.
Dicho espécimen fue identificado por Dumeril y Bibron como Testudo sulcata Miller, una especie distribuía en África Central.
Si bien ubicada en distintos géneros, la especie que integra este haplotipo fue conocida por más de un siglo como una única especie, mayormente bajo el nombre específico: chilensis, según la descripción original del zoólogo inglés George Robert Gray en 1870 de su Testudo chilensis.
En la segunda década del siglo XXI, análisis genéticos ayudaron a clarificar la sistemática de estas tortugas.
En el año 2012, el profesor Uwe Fritz y colaboradores estudiaron la variabilidad genética del complejo mediante un lote relativamente pequeño de ejemplares (colectados en pocas localidades) a los cuales les fueron extraídos caracteres secuencias del gen mitocondrial citocromo b y 9 microsatélites.
Las poblaciones australes no soportaron las nuevas condiciones ambientales ocurridas durante el Plio-Pleistoceno, por lo que la especie se extinguió de la Patagonia.
En el análisis del ADNmt, al primero le corresponden mitocondrialmente tortugas con Cariomorfo A, las que habitan en la región chaqueña occidental.
[29][17] “Chelonoidis chilensis haplogrupo del monte” se distribuye exclusivamente en el centro-oeste y centro-sur de la Argentina.
El borde anterior está poco escotado y el posterior mucho más, hasta adquirir dos puntas agudas separadas por un amplio arco cóncavo.
[39] Es una especie fundamentalmente herbívora, pues se alimenta con hojas, pastos, frutas, legumbres de fabáceas, tubérculos, y cactáceas.
[46] Modernamente, hacen lo propio habitantes rurales o puesteros, para aprovechar su carne y grasa, sobre la base de recetas heredadas oralmente con una importante diversificación.
[47] Si bien la tenencia, transporte y comercio de las tortugas terrestres argentinas está prohibido por ley, el tráfico continúa, por lo que, unido a la prolongada vida que suelen tener en cautiverio, siguen todavía siendo frecuentes mascotas de los domicilios del país.