Barnes señala que Amiano no menciona a Albia Dominica, esposa de Valente, cuya influencia también era limitada.
Luciliano era un comandante militar situado en Sirmio durante la parte final del reinado de Constancio II.
El regreso de Luciliano a la acción daría como resultado su muerte poco tiempo después.
[6] Los dos relatos difieren respecto al lugar de fallecimiento, Reims o Sirmio, y qué unidad era la responsable.
El Dictionary of Christian Biography and Literature to the End of the Sixth Century de Henry Wace señala que su presencia con el emperador puede determinarse por un fragmento de Temistio.
Juan Zonaras señala que Charito y Joviano no se habían encontrado durante el reinado.
[2] Zonaras dice que tanto Joviano como Charito fueron enterrados en la iglesia de los Santos Apóstoles, Constantinopla.
Dieciséis años después aún estaba vivo, pero él ya había sido privado de un ojo; y su afligida madre experaban a cada momento, que la víctima inocente sería apartada de sus brazos, para calmar, con su sangre, las sospechas del príncipe reinante.
"[14] El pasaje original es bastante vago pues no identifica a qué emperador o emperatriz se refiere.
Sin embargo la identificación es muy dudosa en este caso en su vida siguiendo su divorcio no está documentado por otras fuentes.