Centro Cultural de España en Guatemala

Históricamente la institución ha destacado en la vida cultural del país, distinguiéndose, a partir de 1980, por su compromiso con la promoción de los derechos económicos, sociales y culturales.

La nueva ubicación era fruto de un renovado interés por parte del Gobierno español en reforzar las relaciones culturales: «España construirá en Guatemala un edificio para sede del Instituto Guatemalteco de Cultura Hispánica.

Así, creó el Premio de la Verapaz, que se otorgó a -entre otros- Helen Mack, monseñor Juan Gerardi y Efraín Recinos (los 2 primeros asesinados en fechas posteriores).

[5]​ Como colofón, unos meses después, se produjo el asesinato de Roberto Mertins Murúa, que había quedado tras el trágico suceso anterior como director interino del Instituto, como represalia a sus denuncias en la Televisión Española a la actuación de las autoridades militares.

El CCE adquiere notoriedad al tratar temas espinosos en el contexto social guatemalteco: aborda la discriminación que sufre la población LGTBIQ del país, combatiendo abiertamente los prejuicios dominantes mediante una programación específica.

Abre sus salas a organizaciones de la sociedad civil, apostando por la interculturalidad mediante el Observatorio Kanek.

Durante décadas, fue igualmente un espacio que acogió actividades artísticas, sociales y políticas que dejaron su impronta en los procesos históricos del país: "un auténtico símbolo de identidad.

Inaugurado en marzo de 1936 con la proyección de la película mexicana Allá en el rancho grande, su escenario vio desfilar a las más rutilantes estrellas del momento, como Libertad Lamarque, Sara Montiel o Pedro Infante".

Esquela de Roberto Mertins.
Placa homenaje a Roberto Mertins Murua en el Colegio Mayor Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad Universitaria de Madrid.
Reapertura del CCE en la calle peatonal de Cuatro Grados Norte.
Imagen exterior (Ex) Céntrico.