En el término municipal hay vestigios de un asentamiento ibérico en lo que hoy es la ermita Santa Quiteria, la Talayuela y el Hocino.
De la época romana se han hallado monedas y restos cerámicos.
Cuando la población en el siglo XV y XVI empezó a construir fuera del recinto amurallado, al pie de la muela sobre la que está edificada la fortaleza, utilizaron las piedras de la muralla sur para edificar las nuevas casas.
Posteriormente las familias de los Dolz Del Castellar y los Bonet se establecieron también como latifundistas.
En el período 1900-1991 los datos se refieren a población de hecho.