No existía un lugar fijo de reunión y podía celebrarse en cualquier aldea.
Plegas podían celebrarse tantas como hiciese falta, pero preceptivamente debían convocarse cada año el mismo día.
En esta plega, llamada «de San Miguel», renovaban los cargos y trataban todo lo referente al presupuesto comunitario.
Los oficiales que gobernaban la comunidad eran el procurador general de Aragón, el secretario y los sesmeros (uno por cada Sesma).
Sin embargo, las gestiones no dieron fruto por lo que, en 1987, los documentos se devuelven a Mosqueruela tras haber sido inventariados, catalogados y microfilmados por el archivero Javier Aguirre González y sus colaboradores.