La característica principal de estos dialectos, a diferencia del bloque oriental al que se contrapone, es la ausencia de neutralización en vocales átonas, es decir, ni el paso de a y e átonas a [ə], ni el de o átona a [u].
Además de la no reducción del sistema vocálico átono, el mayor rasgo que diferencia el catalán occidental del oriental es que las e provenientes de las Ē (e larga) e Ǐ (i breve) tónicas del latín se pronuncian como [e] (e cerrada) (cadena [kaˈðena], alé [aˈle], què [ˈke]), mientras que en el catalán oriental es una [ɛ] (e abierta) o [ə] (vocal neutra) en estas palabras.
También la vocal átona [e] puede reducirse a [a] delante de consonantes nasales y sibilantes: enveja [aɱˈvedʒa]/[amˈbeʒɛ], espill [asˈpiʎ], eixugar [ajʃuˈɣa(ɾ)].
Como en todos los idiomas, en catalán hay localismos, y algunos presentan una distribución que refleja más o menos la división entre los dos conjuntos dialectales.
A veces la palabra occidental se halla también en el dialecto balear oponiéndose a un localismo propio del catalán oriental peninsular.