[4] No obstante, el patuet dejó una influencia significativa en el habla cotidiana del norte argelino, especialmente en Orán.
En Orán se llega a crear la Pequeña Alicante, y frases coloquiales como “salut i força al canut” eran de uso común entre la población no catalanohablante.
La influencia fonética francesa es similar a la que se puede encontrar en el Rosellón: la r gutural y ciertas nasalizaciones.
Algunos de estas palabras franceses aparecen como muletillas, por ejemplo, disonante, voilà, alores...
[12] Inicialmente la palabra francés pataouet o pataouète designaba al hablar catalán de Argelia.
El escritor Albert Camus era de padre francés y madre mahonesa, educado por su abuela materna nacida en San Luis.
En el nivel morfológico, existe una tendencia a utilizar las formas completas de los pronombres átonos, como en “no te poses d'avant!”.
En cuanto al nivel sintáctico, la influencia del francés ha dejado calcos en varias formas.
Por otra parte, el patuet desarrolló también formas propias, como en “quant acabaré ja t’ho torne” o “estava prohibit d’eixir al balcó”.
Se han introducido curiosos modismos, galicismos originales y alguna que otra palabra bereber.
Personas cultas y acomodadas no rechazan usar las expresiones más disparatadas, mezcla confusa de los idiomas.
A este campo semántico, le siguen los objetos domésticos (bifé ‘escaparate’, frigider ‘nevera’...), el mundo laboral (bolangeria ‘horno’, buró ‘oficina’, comís ‘capataz’, ferma ‘casa’), los accesorios (culotes ‘bragas’, xapó ‘gorro’...), las relaciones familiares (memé ‘abuela’, tontó ‘tío’...) y el entorno urbano (boulevard ‘avenida’, rue ‘calle’, square ‘plaza’...).
[2] También hay influencias en palabras de otras categorías gramaticales como adjetivos (atufat ‘ahogado’, malorós ‘infeliz’...), verbos (allumar ‘encender’, desbrullar-se ‘apañarse’, marronar ‘importunar’, reussir ‘tener éxito’, regalar-se ‘comer bien’...), adverbios (alor, alors, et puis, ben segur, même, mais, quand même, et, enfè, anfè, au fur et à mesure...) y expresiones e interjecciones (és tot, comme ci comme ça, oh là là!, hein!, tant pis, voilà!...).
[2] Joan-Lluís Monjo y Àngela-Rosa Menages clasificaron el léxico de origen francés del patuet en cinco tipos principales:[2] En cuanto a la influencia fonética, se adopta la pronunciación fricativa francesa en la letra g. Asimismo, algunos galicismos poseen realizaciones vocálicas labializadas (/ü/ y /ö/), mientras que otros presentan vocales nasalizadas.
No obstante, se han podido documentar palabras como birra ‘cerveza’ o la expresión “mamma mia!”.