Un gato atigrado callejero huye de un perro San Bernardo escondiéndose en un camión, el cual se dirige a Nueva York.
El gato tiene una visión de una niña suplicando por ayuda y luego es recogido por un hombre llamado Junk.
Cuando alzan los vasos, Dick observa que a la mujer de su amigo le falta un dedo meñique.
En paralelo, Johnny Norris, un apostador y ex profesional de tenis, está teniendo una aventura con una mujer cuyo celoso marido, Cressner, es un jefe mafioso y dueño de un casino.
Cressner, a quien le gusta apostar sobre cualquier cosa, gana una apuesta de que el gato será capaz de cruzar la atestada calle frente a su casino y llegar vivo al otro lado.
Norris acepta y sale al exterior, donde se enfrenta a peligros como Cressner haciendo sonar una bocina, o una paloma que le picotea el pie, haciéndolo sangrar.
Finalmente logra dar la vuelta y reingresa al apartamento, donde Cressner le dice que honrará su palabra.
Alberto quita las drogas y Cressner le da a Norris una bolsa con dinero.
El gato se sube a un tren y llega hasta Wilmington, Carolina del Norte, donde es adoptado por una niña llamada Amanda, la misma que aparecía en sus visiones, quien lo bautiza como General.
Como consecuencia, General no puede proteger a Amanda de un malvado trol que se ha instalado en la casa.
Cuando los padres de Amanda logran entrar, ella les cuenta cómo General la salvó.