Se ha fechado en la segunda mitad del siglo XIII.
[5] De época visigoda no se hallaron materiales en superficie, no obstante todo indica que tuvo continuidad en la ocupación durante esta época.
Sin embargo, la gran estructura hidráulica presente en la zona, reutilizada hasta nuestros días y consistente en un qanât, acequia excavada en la roca que conduce el agua del manantial a una alberca, podría datarse de esta época.
[4] Parece ser que en los siglos X y XI la zona estuvo completamente deshabitada, hasta el siglo XII, en el que se vuelve a reocupar una zona extensa y quizá se construya alguna estructura defensiva, que va a ser a finales del siglo XIII transformada por los cristianos en la torre del homenaje actual, construida en mampostería irregular y sillarejo en las esquinas.
[6] Al no contar con dehesa boyal propia en los siglos XIV y XV, se descarta que en la zona se cultivara el cereal, sino que, aprovechando el manantial y el gran sistema hidráulico emiral, predominarían las huertas y el cultivo de árboles.