Casa del Labrador

Su construcción comenzó a finales del siglo XVIII, a partir de un diseño inicial del arquitecto Juan de Villanueva, que fue transformándose sucesivamente en los trece años que duraron las obras y reformas.Su aspecto final se debe a Isidro González Velázquez, quien dotó al conjunto de numerosos motivos ornamentales externos.En la tercera etapa distinguida, Isidro González Velázquez finalizó el edificio, reformando su aspecto exterior con una profusa decoración.El palacete ha sido objeto de tres grandes restauraciones.Entre 1964 y 1968, Martín Gamo sustituyó los elementos externos dañados por chapados de falsa piedra.[3]​ El edificio está construido en tres alturas, con cubiertas de pizarra, sobre cornisa saliente.Es de planta rectangular y presenta dos alas laterales, flanqueadas, en sus lados interiores, por sendas arcadas.En el espacio comprendido entre estos dos ejes y la fachada principal se extiende un patio, que se cierra en la parte que queda libre mediante una verja y una puerta de hierro forjado.En la tercera, se suceden, en todas las fachadas, diferentes relieves, que combinan motivos florales y amorcillos.El interior del palacete está decorado suntuosamente, a partir de materiales como la seda, el estuco, el bronce, el mármol, el vidrio, el platino o las maderas nobles.La ornamentación se debe principalmente al interiorista Jean-Démosthène Dugourc y es notable la influencia francesa e italiana.Tras la restauración del edificio, se ha situado en el zaguán la estatua sedente de María Luisa de Parma, obra en mármol blanco del escultor cordobés José Álvarez Cubero y esculpida en Roma en 1816.Fue realizada en 1799, siguiendo el modelo creado por Alexandre-Théodore Brongniart del Hotel Príncipe Masserano, de París (Francia), en el que se inspiró Dugourc en el diseño de sus dos tramos, semicircular hasta el piso principal y semielíptico desde este piso hasta el segundo.Fueron pintados por Maella en 1798, que contó con la ayuda de Zacarías González Velázquez, su cuñado.Mención especial merece el titulado La diosa Cibeles ofreciendo a la tierra sus productos.Cuenta con mobiliario de distintos estilos pero que conjuntan por su policromía blanca y dorada.
Entrada al recinto de la Real Casa del Labrador, en un grabado de J. Passos de 1902.
Parte trasera del palacete.
Detalle del escudo real que preside la fachada principal y de la inscripción que conmemora el año en que acabaron las obras.
Panorámica de la fachada principal, flanqueada por dos alas laterales con arcadas .