Fue fundada por el noble, Humberto Mano Blanca, nacido en Maurienne.
En los siguientes tres siglos, la familia consiguió ampliar sus fronteras en Francia, Italia y Suiza.
En 1416, Amadeo VIII, conde de Saboya, a través del apoyo del Sacro Emperador Romano Segismundo estableció el Ducado de Saboya y fue su primer duque.
Aunque los franceses lograron muchas concesiones de los duques, Saboya se sumó a la Gran Alianza contra Luis.
En 1696, Saboya cerró la paz con Francia por el Tratado de Turín y abandonó la Gran Alianza.
En el año 2002 le fue permitido volver a Italia, renunciando a su derecho al trono y como un ciudadano regular y leal de la República Italiana.
Este último habría recibido supuestamente dinero por algunas contratas del sector hospitalario y telefónico de Bulgaria, cuando era primer ministro.