Carolina Mariana de Mecklemburgo

El 21 de junio llegaron a Dinamarca con el transatlántico Christian 8, para al día siguiente realizar una entrada festiva en Copenhague.

Desde muy pronto, el matrimonio probó ser muy infeliz, debido en gran parte al mal temperamento y el exceso de bebida del príncipe heredero, así como por tratarse de un mujeriego desvergonzado.

La princesa Mariana, quien fue descrita como incurablemente tímida y nerviosa, careció de la habilidad para servir como influencia tranquilizadora sobre su consorte.

[2]​ Tras el divorcio, Mariana, quien retuvo su título, regreso a Neustrelitz con sus padres, viviendo una vida tranquila.

En 1850, fue construido para ella un palacio llamado en su honor, ahí vivió el resto de su vida.