Escribió varios ensayos, en particular la Proclama de Quirino Lemáchez, donde promovió la independencia chilena y la libertad social.[2] Camilo Henríquez nació en 1769 en una casa que pertenecía a su abuela materna, Lola Montero II, ubicada en lo que corresponde a la actual calle Yungay, en la ciudad de Valdivia, Chile.Cuando tenía nueve años de edad, fue enviado a Santiago para iniciar su educación formal en el Convictorio Carolino.Allí entabla amistad con José Cavero y Salazar, un compañero de estudios, quien más tarde se convertiría en un destacado miembro del primer gobierno independiente de Perú y embajador en Chile.Durante su permanencia en Lima, Henríquez frecuentó los círculos literarios y se asoció con miembros de la sociedad local.El historiador Miguel Luis Amunátegui señala que Henríquez fue siempre reservado sobre las razones de su encarcelamiento y que las afirmaciones hechas al respecto por los historiadores son especulativas.[4] Henríquez había sido fuertemente influenciado por la filosofía de la Ilustración francesa en sus primeros años y comenzó a leer literatura que había sido previamente prohibida por el gobierno español, como El contrato social, de Jean-Jacques Rousseau, que además se encontraba en el Index librorum prohibitorum et expurgatorum, y El año 2440, si alguna vez hubo un sueño (en francés L'an 2440, rêve s'il en fut jamais), de Louis-Sébastien Mercier.En Quito, Henríquez fue testigo de la violencia del Ejército Realista en América en 1809.Durante este tiempo, Henríquez fue uno de los nueve miembros del Senado conservador, creado para asesorar a Ramón Freire, el nuevo Director Supremo de Chile.
Dibujo de civil de Camilo Henríquez por la artista María Verónica Urtubia, con base en los relatos sobre su imagen y fisonomía del cronista Talavera y los historiadores Miguel Amunategüi y Luis Montt.