Aquí su carrera política cobró otro rumbo al ser elegido senador por Santiago.
Recibió 15 votos en la elección de 1826, que se llevó a cabo en el Congreso.
Fue un ferviente defensor del federalismo, inspirado en el exitoso sistema de gobierno estadounidense.
La Constitución de 1823 tuvo una existencia efímera, ya que fue derogada en 1826 para volver a discutirse el sistema de gobierno que debía regir el país.
De este modo el país se dividió en ocho provincias, donde cada una debía contar con una Asamblea Provincial y un Intendente elegido por voto popular, lo que en los hechos producía una descentralización del poder y generaba una estructura federal.
El Presidente Francisco Antonio Pinto puso punto final a la experiencia, pero no hizo que el grupo federalista desapareciera del espectro político nacional.