En este lugar, era una tradición hacer máscaras de copal, quizás por eso ya no abundan éstos árboles.
El venado, gato montés, coyote, ardilla, liebre, perico, zorro, conejo y otras especies menores habitan en los alrededores del pueblo.
Las casas están construidas a base de concreto, ladrillo o tabicón.
Debido a la variedad que presenta la superficie terrestre (barrancas, arroyos, laderas y lomas) es posible la siembra de diferentes frutos, vegetales, plantas y árboles, entre los que destacan, principalmente: maíz, frijol, calabaza, chile, agave, maguey mezcalero.
Se explotan principalmente los bosques de coníferas, como fresno, pino, oyamel y encino.
Se desarrolla en pequeña escala produciendo principalmente, ropa (hace años existía una maquiladora llamada "Industrias del Pueblo"), aguardiente de mezcal y productos lácteos.
Sus recursos minerales son yacimientos de mármol, piedra caliza y cantera.
Aproximadamente a 2 km (kilómetros) hacia el oeste de la población existe una cueva, también cuenta con una barranca en la que se puede encontrar algunos petroglifos que representan espirales, círculos y figuras estilizadas.
No cuenta con edificaciones o monumentos patrimoniales por haberse derrumbado durante el terremoto de 1539.
Se realiza durante el mes de noviembre y es la fiesta más importante del pueblo.
Cabe destacar que los adultos como niños se visten de San Martín.
Las principales son: La leyenda cuenta que, en el interior del cerro Petacal se encuentra una ciudad, en la cual vive el diablo y gente que obró mal en su vida terrenal.
Pasearon por todo el lugar, curioseando, comiendo y tomando bebidas alcohólicas.
Algunos decían que tenía pacto con el diablo, pues es imposible estar en dos lugares distintos al mismo tiempo.
Otros decían que lo habían visto en la cúspide del cerro Petacal atado con cadenas.