La manera tradicional para prepararlas es sazonando la carne y vísceras de cerdo con sal y tequesquite, aunque, dependiendo de la persona que las prepare, la receta puede variar.
Una vez que las porciones del cerdo han sido fritas, se le añade a la cacerola, junto con la fritura, una solución que puede incluir refresco de cola, jugo de naranja, cerveza, agua, y leche, y se remueve para evitar la formación de adherencias.
Esta última adición sirve para darle el característico tono dorado al platillo.
Las carnitas pueden hallarse con facilidad en los mercados o en las carnicerías de todo el país.
En el norte del país, principalmente en los estados de Durango y Chihuahua, las carnitas tienen la variante de ser cocinadas durante más tiempo, lo que les da una apariencia exterior más crujiente al punto del color café oscuro.