El mando de la escuadra recayó entonces en el almirante Casto Méndez Núñez quien optando por un accionar más ofensivo ordenó a las fragatas Villa de Madrid y Blanca destruir a la escuadra aliada estacionada en Chiloé.
El 7 de febrero ambas fuerzas se encuentran en la isla Abtao y tras un combate inconcluso las naves españolas se retiran sin haber logrado cumplir su misión, regresando a Valparaíso.
Los representantes diplomáticos hicieron todo lo posible para evitar el bombardeo al que Méndez Núñez aludía por el hecho de que la escuadra aliada no daba combate.
Ante esto se pensó en arreglar un combate a diez millas de Valparaíso entre los españoles y los aliados en paridad.
El resultado de este combate sería decisivo y se respetaría mutuamente.
Vencido el plazo las fragatas Villa de Madrid, Blanca, Resolución y Vencedora se adelantaron y abrieron fuego contra el puerto durante tres horas consecutivas.
El 14 de abril, tras incendiar los diques que bloqueaban la bahía, la escuadra española, formada en dos divisiones, puso proa al norte y zarpó con rumbo al puerto del Callao.