Fue escrita por Freddie Mercury para el álbum de 1975 titulado A Night at the Opera.
[5] Durante el proceso, se usaron otros cuatro estudios adicionales: Roundhouse, SARM, Scorpion y Wessex.
[5] May, Mercury y Taylor cantaron continuamente de diez a doce horas por día, obteniendo 180 grabaciones separadas.
May, por su parte, supone que la canción contiene referencias veladas a los problemas personales del pianista.
[8] Sin embargo, cuando la banda lanzó un disco recopilatorio con sus grandes éxitos en Irán, se incluyó un folleto en persa, que contenía las traducciones de las letras a este idioma y sus explicaciones.
Kenny Everett ha citado a Mercury afirmando que aquella letra era "un conjunto aleatorio de rimas sin sentido".
[12] Sheila Whiteley sugiere que Mercury había llegado a un punto de inflexión en su vida personal en 1975.
La interpretación de Whiteley es que la canción refleja el estado emocional del artista en ese tiempo: "[Estaba] viviendo con Mary ('Mama', 'madre' como se llama a la Virgen María) y quería dejarla (Mama Mia let me go)".
Sheila Whiteley comenta: Quince segundos después, hace su entrada el piano y la voz de Mercury se alterna con otras partes vocales.
[6] La línea cromática del bajo se modula a mi bemol, haciendo que la balada tenga un tono desesperado.
Tras una truncada frase descendiente en el piano comienza una nueva repetición del patrón de las manos cruzadas en si bemol.
May utilizó una de las configuraciones más singulares que le proporcionaba la Red Special: pastilla del mástil y central desfasadas.
Su viaje está representado por el solo de guitarra que da paso a los acordes del piano".
[15] En este último verso, las notas altas de Taylor continúan sonando cuando el resto del "coro" se detiene.
La sección finaliza con un coro numeroso interpretando el verso "Beelzebub has a devil put aside for me" ("Belcebú tiene un demonio reservado para mí"), en la tonalidad de si bemol.
[6] La sección operística conduce a un interludio de rock con un ostinato interpretado por la guitarra y escrito por Mercury.
[14] Según Judith Peirano, esta sección final añade "un nivel de resistencia al rock masculino".
Drew consiguió una copia del sencillo y empezó a reproducirlo en su país, en asociación con la discográfica estadounidense de Queen, Elektra.
[5] Finalmente, el sencillo fue puesto a la venta, con la canción "I'm in Love with My Car" como lado B.
[18] Tras la muerte de Freddie Mercury en 1991 fue sacado otra vez a la venta con "These Are the Days of Our Lives" como lado B, permaneciendo en el primer lugar durante cinco semanas.
[8] Estos videos luego podían ser reproducidos en los espectáculos televisivos sin la necesidad de que el artista estuviera allí en persona.
Los videos permitieron al artista mostrar lo que quisiera, no solamente a su banda interpretando la canción.
Según May, el video fue hecho de tal manera que nadie pudiera imitarlo en programas como Top of the Pops, porque eso no encajaba con su estilo.
[8] La banda firmó con una compañía llamada Trillian y el video se filmó en los estudios Elstree, donde Queen practicaba para las giras.
El video se editó cinco horas después porque sería estrenado la misma semana en que fue grabado.
Fue enviado a la BBC cuando estuvo listo y se emitió en el programa Top of the Pops en noviembre de 1975.
En 1977, dos años después de su lanzamiento, British Phonographic Industry nombró a «Bohemian Rhapsody» el mejor sencillo británico del período 1952-1977.
[25] En ese mismo año, la canción fue la más transmitida en las radios británicas, en clubes y espacios públicos tras "A Whiter Shade Of Pale" de Procol Harum.
En otras ocasiones, después del final de cualquier canción, Mercury se sentaba en el piano, decía unas palabras y empezaba a interpretar la balada.
Debido a los efectos logrados durante la grabación, esta parte no podía ser interpretada en directo.