Bérriz

En la zona vasconavarra Caro Baroja consideraba que los sufijos -oz, -ez e -iz aplicados a la toponimia indicaban que en la antigüedad el lugar había sido propiedad de la persona cuyo nombre aparecía unido al sufijo, pudiéndose remontar su origen desde la Edad Media hasta la época del Imperio romano.

En los censos del siglo XIX el nombre de la localidad aparece principalmente como Verriz, aunque ya comenzó a aparecer transcrito el nombre del pueblo de otras formas.

También comenzó la costumbre de escribir el nombre del pueblo con b, como Bérriz.

En los censos de 1857 y 1860 aparece el nombre del pueblo como Vérriz o Bérriz.

En la década de 1990 el ayuntamiento decidió oficializar la forma vasca del nombre, y desde entonces es oficialmente Berriz.

Integrado en la comarca del Duranguesado, se sitúa a 38 kilómetros de Bilbao.

Los numerosos riachuelos y regatos que bajan del Oiz y van a desembocar al Zaldu crean pequeños valles donde se han asentado pequeños barrios de caseríos, baserriak en euskera.

Estos ríos, relativamente caudalosos, se han venido explotando como fuerza motriz.

Se caracteriza por una fuerte pendiente que ha posibilitado su explotación hidráulica a lo largo de la historia.

[5]​ Son destacables los ríos Magunas, Ereña, Lariz, Oca, Oiz, Zaldibar y Akelkorta.

De esta forma para el siglo XV ya solo hay seis cofradías o barrios formando parte de la anteiglesia: Sarria, Andikoa, Mendibil, Okango, Eitua y Murgoitio.

Del año 1000 al siglo XIII se abre una época de bonanza económica que trae consigo un crecimiento demográfico notable.

En 1353 Rodrigo de Berriz figura entre los principales exponentes del bando gamboíno, participación que se extenderá a sus descendencia.

La alianza del pueblo llano con la monarquía contra el poder de los señores feudales pone fin a la guerra que se visualiza con el derribo, total o parcial, de las casa torres banderizas.

De esta crisis los señores feudales se ven obligados a cambiar sus bases económicas y pasan servir a la monarquía mientras que el pueblo obtiene la hidalguía universal (igualdad con los antiguos jefes feudales y cierto estatus nobiliario) que le garantiza el fuero, esto abriría las puertas para la participación activa en todo lo referente a la administración y religión en los territorios castellanos, que eran muchos.

Entre ellas se construye, en 1560 el templo Andikona, inmenso y desproporcionado para un pequeño núcleo rural.

El proceso industrializador conllevó la llegada al municipio de población procedente de otros lugares y con ello la vuelta a una estabilidad y crecimiento económico que ha ido pasando por las crisis industriales que se han producido a lo largo del siglo XX.

Los otros pequeños núcleos (antiguas cofradías) que componen el municipio son: Andikona, Eitua, Murgoitio, Okango, Sallobente y Sarria.

Como se ha expuesto arriba, la industria de transformación metálica es muy importante en el municipio.

Se centra en cubrir la necesidades básicas, ya que la cercanía de Éibar y Durango, así como de Bilbao, hacen que para cualquier cosa más especializada sus habitantes se desplacen a ellas.

Barrio de Andikona.
Puente de Erroteta
Iglesia parroquial de San Juan Evangelista.
Berriz visto desde el monte de Legaño.
Casa torre de Bérriz, hoy ayuntamiento.
Molino de Errota
Iglesia de San Juan Evangelista