Esta idea a su vez fue heredada de la filosofía darwinista que se desarrolló en Ecuador durante el siglo XIX.
[1] Esto tuvo impacto en Quevedo que le permitió ver como se podía encontrar un balance entre la teoría y la práctica.
[1] Su familia siempre tuvo vocación intelectual y una cercanía con el liberalismo desde la independencia, puesto que en su Hacienda llamada "Patoa" ubicada en Pujilí se habrían llevado a cabo varias reuniones durante la independencia de Ecuador.
[1] Tuvo varios hernamos: Néstor quien se dedicó a administrar los negocios agrícolas, Rosa, Hortensia, Julia y César.
[2] Desde joven destacó por su capacidad intelectual que era muy meritoria y por su militancia política con el partido liberal, alineado a los llamados "placistas" por Leónidas Plaza quien fuera presidente en esa época.
Sus negocios siempre fueron claros y su ética muy recta que lo caracterizó a lo largo de su carrera política.
Llegó a ser asambleísta por la provincia de Cotopaxi en 1906 cuando apenas tenía 23 años y formó bloque con Luis Felipe Borja y Juan Benigno Vela para hacer oposición a Eloy Alfaro, siguiendo los lineamientos "placistas" que guiaban su accionar político.
Cabe recordar que después de la Revolución Liberal de Ecuador, se llevó a cabo una fractura en el partido liberal entre los alfaristas y placistas que desembocaría en pugnas por poder durante las primeras décadas del siglo XX.
Al igual que Federico González Suárez se preocuparía casi exclusivamente por los temas ecuatorianos, dejando de lado el resto como algo secundario.
Siguiendo a Lamartine, Quevedo consideraba pues la historia como el alma o conciencia de los pueblos.
En su libro "Historia Patria" describió los principales procesos históricos de ese país analizándolos sociológicamente.
[11] Quevedo dedicó amplios esfuerzos a la pedagogía y era rector del Colegio Vicente León de Latacunga.
Esto sin embargo no limitó su impacto en autores más académicos como Luis Bossano y Ángel Modesto Paredes quienes continuarían desarrollando una teoría sociológica que siga los cánones positivistas.
Su memoria sigue viva en las reediciones de sus libros y en la historia del pensamiento filosófico ecuatoriano.