[4] Después de esto, Cayo asumió el mando del ejército, moviéndose en secreto para acampar en Caudio.
[10][11] En cambio, estimaciones modernas reducen ese número pues las cifras antiguas se consideran exageradas.
[1] Paolo Sommella, quien cita estimaciones previas de Johannes Kromayer, reduce aún más a 12 000 o 15 000.
[23][24][25] Posiblemente el campo de batalla se extendió hasta Santa Maria a Vico.
[12] Además, el topónimo Forchia está atestiguado desde el siglo IX y es similar a la palabra romana Forca, «Horca», usado para referirse a la entrada oriental (Arpaia)[26] y también para la entrada occidental (Cervino).
[12][27] Historiadores de los siglos XVIII y XIX dicen que había una iglesia llamada Santa Maria del Giogo, donde supuestamente habría ocurrido la derrota romana.
[30][31] El lugar carece de abundantes fuentes de agua y la entrada occidental es demasiado ancha y las colinas en ese sector son más bajas, demasiado para impedir un escape a un ejército romano.
[34] Algunos críticos han respondido que esos cambios son demasiado radicales para el tiempo pasado.
[37][38][39][40] A diferencia de la opción anterior, este valle era mucho más extenso, suficiente para contener un gran ejército.
[41] Sin embargo, tiene varias salidas menores que habrían permitido escapar a los romanos y difiere del relato de Tito Livio.
[15][42][43] Además, la gran anchura del valle permite una batalla campal que según las fuentes romanas no sucedió.
[44][45] Otros creen que los romanos, en ese lugar, fácilmente pudieron enviar mensajes de auxilio a Capua.
El desfiladero se abre al oeste hasta una zona montañosa donde está Sant'Agata de' Goti.
Por ello malinterpretó el paso de la vía Apia y creyó que Caudio estaba donde se ubica Airola, villa cercana a la quebrada.
Debido a ello, se cree que las legiones jamás habrían pasado por ahí, sobre todo si había opciones más seguras y cortas cerca.
[53] Sin embargo, autores romanos que pasaron por la zona como Horacio, guardan silencio sobre si fue o no el lugar de la batalla.
[61] Además, ambas gargantas tienen restos notables de murallas samnitas, lo que pudo ser el praesidium.
[54] La columna romana cruzó el primer desfiladero y la llanura hasta llegar al segundo paso montañoso.
[79] Pero su hijo y los demás oficiales propusieron una vía intermedia, despedirlos ilesos pero humillarlos como exigía el derecho de guerra,[80] así que Herenio respondió:[81]
[85] También debían evacuar Samnio y retirar todas sus colonias de la región, que pasarían a ser un foederati gobernado por sus propias leyes.
[86] Estas condiciones se presentaron a los cónsules, advirtiendo que si alguno las rechazaba no habría más propuestas de paz.
Sin embargo, éstos se negaron porque aquello sólo era posible con permiso del pueblo romano y previa celebración de los ritos adecuados.
[101] Los samnitas exigieron la entrega de 600 équites como rehenes que pagarían con sus vidas si no se respetaba el acuerdo.
[103] También se lamentaron por no tener guías que conocieran el terreno, pues debido a ello cayeron en la trampa.
[111] Posteriormente, los cónsules fueron los primeros que pasaron semidesnudos bajo el yugo, luego los oficiales y finalmente los legionarios uno por uno.
[122] A su regreso, los comandantes fueron al Senado para responder las preguntas de los senadores más viejos, mientras que sus legionarios entraron con la cabeza baja y sin devolver saludos.
[124] Mientras todo el Senado se lamentaba al escuchar el informe,[125] empezó a hablar Ofilio Calavio, noble y viejo senador,[126] les dijo que ahora sólo había silencio por la vergüenza,[127] uno que pronto despertaría clamores de venganza.
[133] Sin embargo, cuando llegaron con un aspecto tan penoso, todos los romanos sintieron misericordia de sus compatriotas, los vieron entrar como si fueran prisioneros y no quien vuelve a su hogar.
Se debió nombrar un interregno[138] a cargo de Quinto Fabio Máximo y Marco Valerio Corvo.
Finalmente, se eligieron como nuevos cónsules a los prestigiosos generales Quinto Publilio Filón y Lucio Papirio Cursor.