Batalla de San Carlos (1813)

Allí enviaron hacia Chillán los bagajes, las municiones y los enfermos, resguardados por las pocas fuerzas de caballería, al mando del mayor general Ignacio Justis.

El brigadier Antonio Pareja, ante la fiebre que lo aquejaba, le cedió el mando verbalmente al coronel Juan Francisco Sánchez quien debía prepararse para el ataque patriota.

Las divisiones patriotas avanzaban lentamente desde Longaví debido al mal tiempo y lo difícil del camino, además las descordinaciones podían provocar que la vanguardia se aventurara sola por tiempo indeterminado.

Los realistas para la batalla solo contaban con infantería pues los dragones habían sido enviados en busca de las municiones que llevaban a Chillán.

La situación era crítica y José Miguel Carrera aún no lograba cercar a su enemigo con el objeto de evitar su retirada.

Los mismos errores cometió el Regimiento Melipilla quien desobedeciendo al general, atacó directamente un cuadro realista siendo dispersado.

Aun así las avanzadas patriotas entorpecieron el cruce de los realistas en el río Ñuble haciéndoles perder varios pertrechos y cañones.