Batalla de Fiesole

[7]​ Ante el menor pretexto empezaron a atacar los asentamientos romanos y hacer alianzas con sus parientes que vivían al norte de los Alpes.[8]​ Al principio, estos tratos se hicieron en secreto,[9]​ por lo que en 237 a. C., cuando una gran multitud de galos del norte llegó a Ariminum (Rímini), los boyos les atacaron y dieron muerte a sus jefes Atis y Galato en batalla.[24]​ Los celtas saquearon hasta Etruria, sin encontrar resistencia y dirigiéndose a Roma,[25]​[4]​ aprovechando que el cónsul Cayo Atilio Régulo estaba con su ejército en Sardinia (Cerdeña).[26]​ Solamente estaba su colega, Lucio Emilio Papo, un pretor y sus legiones en Ariminum,[2]​ lo que causó mucha alarma en Roma por miedo a repetir otra Alia.[38]​ Al amanecer, los romanos vieron a la caballería enemiga sola y creyeron que los celtas habían huido durante la noche.[39]​ Al llegar al lugar acordado, los galos les atacaron sorpresivamente y el combate fue muy reñido al principio,[40]​ pero el valor y superioridad numérica de los invasores se impuso y forzaron a los legionarios a retirarse a una colina que les brindaba una sólida posición natural; 6.000 romanos quedaron muertos en el campo.[45]​ Aneroëstes opinó que ya habían capturado un gran botín en artículos, esclavos y ganado[46]​ por lo que no era prudente arriesgarse a dar batalla, siendo preferible volver a sus tierras con sus tesoros y luego, libres de la carga, dar batalla.[53]​ Los romanos debieron despreocuparse de ese territorio[54]​ y firmar un tratado con el general púnico.La última posibilidad es que Polibio confundiese dos eventos en uno: la primera batalla en Faesulae y la campaña en Clusium.