Cayo o Gayo Flaminio [a] fue un político y militar de la República romana del siglo III a. C., muerto en 217 a. C. Fue el mayor líder popular que desafió al senado, antes de los Gracos un siglo más tarde.
[3] Pero lo relatado por Cicerón es improbable, pues sabemos que en 227 a. C. Flaminio fue pretor, y el partido aristocrático, al cual había ofendido irreconciliablemente por su ley agraria, seguramente nunca le hubiera permitido ser elegido pretor al año siguiente de su tribunado.
Furio obedeció la orden del senado, pero Flaminio, eufórico por su victoria, continuó la campaña.
Los optimates, que antes de esto lo odiaban, ahora lo abominaban, pero su popularidad entre el pueblo crecía en la misma proporción, en consecuencia, fue elegido cónsul por segunda vez para el año 217 a. C., con Cneo Servilio Gémino.
Se dice, que en lugar de someterse a la instalación solemne en el Capitolio, Flaminio, con sus refuerzos, se dirigió inmediatamente a Ariminum, para hacerse cargo del comando del ejército de su predecesor, Tiberio Sempronio Longo, y allí asumió su magistratura en la forma acostumbrada, con votos y sacrificios.
Este acto era, por supuesto, interpretado por sus enemigos como un desprecio para la práctica religiosa; además de que le dijeron que debería haber permanecido en Roma con el fin de celebrar las Latinae feriæ.
Sin embargo, los movimientos de Aníbal y Flaminio difieren según los cronistas.