Batalla de Mutina (193 a. C.)

[4]​ Mientras su colega, Quinto Minucio Termo, se dedicaba a aplastar una rebelión en la Liguria, el cónsul Lucio Cornelio Mérula atravesó dicha región para atacar las tierras de los boyos.

[5]​ Mérula deseaba una batalla campal, pero como los celtas se retiraron ante su avance, ordenó a sus soldados dispersarse para saquear sus pueblos.

[3]​ Mérulo se quedó con las legiones haciendo una segunda línea para impedir que atacaran sin recibir sus órdenes.

[15]​ Entonces Mérula ordenó al jefe de la caballería auxiliar, Cayo Livio Salinator, cargar a máxima velocidad apoyado por los jinetes romanos,[16]​ causando caos y temor entre las filas galas.

[22]​ Las cartas de ambos cónsules llegaron a Roma más o menos al mismo tiempo anunciando victorias contra ligures y boyos.

[35]​ Sin embargo, Quinto Cecilio Metelo presentó una moción formal porque su versión era contradicha por el legado Marcelo y que no habían decretado nada pues esperaban que cónsul y legado debatieran ante ellos,[36]​ pero curiosamente Mérula había dejado a Marcelo con el ejército, impidiendo tal evento.

[40]​ Al final, cuando se votó por conceder un triunfo, los tribunos de la plebe Marco y Cayo Titinio vetaron tal medida.

[41]​ Según el arqueólogo estadounidense Stephen L. Dyson la batalla fue mucho más decisiva de lo que inicialmente se pensaba.

Sus líderes no estaban unidos y la facción antirromana tradicionalmente dominante había perdido a muchos de sus jefes en batalla.

[44]​ Un año después, el cónsul Publio Cornelio Escipión Nasica infringió una derrota devastadora a los boyos.