La legislatura, que mantuvo alguna autonomía, nunca se atrevió a enfrentar al poderoso gobernador.
Esto llevó al cierre de las exportaciones, lo que disgustó a mucha gente que se vio perjudicada económicamente y a la reducción de gastos por parte del gobierno.
Y también llegó la noticia de que el exlíder unitario, general Juan Lavalle, se había trasladado a Martín García para atacar Entre Ríos.
Entre los principales líderes del grupo se contaron Pedro Castelli, hijo del prócer de la Independencia Argentina Juan José Castelli y que asumió el mando militar; Ambrosio Crámer, un coronel francés que había sido oficial de Napoleón Bonaparte; y Manuel Leoncio Rico, oficial del ejército de Rosas.
Las fuerzas leales a Rosas estaban alertas y se movieron rápidamente.
Con Crámer muerto, el mando pasó a Rico, que logró reunir sus fuerzas e intentar un nuevo ataque.
En su huida, arrollaron un escuadrón de caballería federal, llevándolo lejos del campo.
Rosas, por su parte, se instaló en Dolores y se dedicó a perseguir a quienes habían apoyado el movimiento; muchos estancieros y capataces fueron arrestados en las últimas semanas de ese año.
Rico huyó hacia el Tuyú, al frente de un grupo numeroso de hombres, y los embarcó en naves francesas (parece exagerado que haya embarcado mil hombres, como se dijo).