Poco después entraron los oficiales para una reunión y el teniente coronel mandó a las tropas estar con las armas listas.
[1] Mosquera salió en su persecución con un destacamento, momento en que un soldado de apellido Martínez del batallón Aragón se dio vuelta y a dos pasos le disparó, rompiéndole la quijada.
[5] Un soldado independentista del batallón Constitución fingió pasarse al otro bando y se presentó ante Agualongo recordándole que estuvo a su servicio en Yaguachi, se ofreció a quemar el cuartel revolucionario y el jefe monárquico aceptó.
[7] El teniente coronel: «tenía que escribir las órdenes en una pizarra porque no podía hablar, y sin poder contener la hemorragia», pero hizo que sacaran el techo de paja de su cuartel para contemplar a la iglesia local en llamas y escribir: «Dios está con nosotros, somos invencibles».
Mosquera lo persiguió hasta el día siguiente, tomando numerosos prisioneros; todo oficial capturado fue fusilado poco después.
[2] Los monárquicos sobrevivientes huyeron a San Juan de Pasto, pero el coronel Obando, jefe de la línea del río Mayo se había enterado y decidió enviar al capitán Manuel María Córdoba con 100 soldados a su encuentro, uniéndose poco después el mismo Obando en Castigo.
[10] Por su parte, el otro jefe rebelde, Estanislao Merchán Cano, se entregó en el pueblo de Cruz pero cuando era llevado a San Juan bajo custodia fue asesinado, según se dice por órdenes del coronel Juan José Flores.