Bartolomé Ruiz González

Bartolomé Ruiz González (Casabermeja, Málaga; 1954) es un arqueólogo español vinculado a la gestión cultural en Andalucía desde finales de los años setenta.

Más tarde, con los catedráticos de Prehistoria Manuel Pellicer Catalán y Francisco Jordá Cerdá, trabajó en la Cueva de Nerja.

De este modo, su actividad investigadora se concretó en tres líneas: la arqueológica, la patrimonial y la gestión cultural.

En la actualidad es colaborador científico de las investigaciones que se han desarrollado sobre la cueva de El Toro (El Torcal, Antequera, Málaga), en el marco de los Proyectos I+D+i: HAR2011-29068 (2012-2015, IP Dimas Martín Socas) “Sociedad, Tecnología y Especialización Artesanal.

Las primeras sociedades campesinas y la jerarquización social en el sur de la Península Ibérica (V-III MILENIO A.C.

Esta “Metodología Arqueológica para el planeamiento urbanístico”, pionera en Andalucía y España, supuso la concesión del Premio Nacional de Urbanismo en 1980.

Al quedar extinguida su personalidad jurídica, el citado Real Decreto obliga a que las funciones atribuidas sean asumidas, bien por otro de nueva creación, bien directamente por la Administración.

Por tanto se creó una Comisaría para la dirección y control de sus servicios a la que quedaban adscritos todos los medios humanos y materiales que integraban la estructura administrativa del extinto Patronato de la Alhambra y el Generalife.

El Plan contemplaba cuatro campos (Etnología, Arqueología, Bienes Muebles y Bienes Inmuebles) sobre los que se debía actuar en cinco grandes líneas (Investigación, Restauración, Conservación, Protección y Difusión).

Aprobado por unanimidad por todos los grupos parlamentarios, fue el primer documento de estas características en España.

Los siete programas abarcan aspectos diferenciados de la tutela del patrimonio histórico, entendida como trabajo integral en el que intervienen desde la protección a la conservación y restauración, desde la difusión al acrecentamiento de los bienes culturales; los programas serían de esta manera los grandes grupos en los que se integran los planes que los desarrollan.

[27]​ La originalidad de dicha comisión estribaba en que, siendo un órgano asesor compuesto por arqueólogos independientes, sus acuerdos siempre fueron tenidos en consideración para la autorización de los, así denominados, proyectos y actuaciones arqueológicas sistemáticas.

El modelo era de una enorme flexibilidad pero conforme se desarrollaba fue poniendo en evidencia la desconexión real entre los ámbitos de la investigación pura y la gestión, entre el interés por la conservación del patrimonio como un bien en sí y la especulación de los proyectos urbanísticos o la dificultad de distribuir responsabilidades y cargas entre las distintas administraciones autonómica y locales concurrentes en la práctica.

La Dirección General de Bienes Culturales paralizó las obras y realizó una amplia intervención arqueológica que justificaba la necesidad de conservarlas.

Se intentó llegar a un acuerdo entre administraciones pero al final los criterios políticos primaron sobre los criterios técnicos, teniendo como consecuencia el cese fulminante de Bartolomé Ruiz en mayo de 1988.

Para ello desarrolló el Proyecto de Rehabilitación del conjunto monumental como sede del Pabellón Real para la Expo’92, sentando las bases en Andalucía del primer proyecto patrimonial (con cinco proyectos de arquitectura) llevado a cabo por un equipo interdisciplinar (restauradores, arqueólogos, historiadores del arte, documentalistas y botánicos), en el marco de un Plan Director que preveía la posterior transformación del conjunto en sede de tres instituciones culturales: Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) y Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).