La Arqueología urbana engloba cuatro aspectos indispensables: investigación, restauración, integración y difusión.
Las comunicaciones presentaron los trabajos en ciudades como la City de Londres, Oxford, Ámsterdam, Sofía, Tours, Burdeos, Lyon, Orleans, Douai o Lübeck.
Se sientan las bases para que se cumplan los nuevos objetivos que deben redundar en concebir la ciudad como un yacimiento único y, por tanto, debe existir un Proyecto Integral de Arqueología Urbana.
El Proyecto Integral engloba cuatro aspectos indispensables: investigación, restauración, integración y difusión.
Metodológicamente conviven los dos sistemas de excavación: el Wheeler-Lamboglia y el método Harris, este último ganando cada vez más terreno al anterior.
Como cualquier actividad emergente el arqueólogo ha buscado su lugar en un entorno sujeto a tensiones caracterizado por la precariedad laboral y su posición entre la dimensión pública del patrimonio arqueológico y el interés privado del promotor inmobiliario, todo ello unido a una escasa regulación de la intervención y de normas deontológica que garanticen una actividad laboral de calidad.
Paralelamente se requiere una mayor inversión pública en todo aquello relacionado con la posterior investigación y difusión de los resultados, lo que da verdadero sentido al trabajo arqueológico.
[2] La arqueología histórica tuvo un desarrollo irregular en diferentes áreas dentro de América Latina.
Las ciudades hispánicas eran planeadas, con estilo del Renacimiento, como grillas rectangulares, mientras las portuguesas continuaban las curvas de tipo medieval.
Como la arqueología histórica se focalizó tradicionalmente en restos europeos, no es sorprendente que se halla desarrollado primero y principalmente en aquellos países cuyas identidades nacionales están en su mayoría fuertemente ligadas a Europa, notablemente Argentina, Uruguay, y Brasil.
Mientras en los Estados Unidos hay un énfasis en las discontinuidades percibidas entre los períodos premoderno y moderno, en los países del cono sur existen varias razones por las cuales un hiato como tal no prevalece, primero y principalmente, uno debe admitir, debido a una percepción subjetiva del pasado que enfatiza continuidad sobre cambio.