Arturo Martínez (actor)

Sus ratos libres los ocupaba en bailar, algo que le gustaba mucho hacer, y lo hacía tan bien que en una ocasión dejó sorprendido a Leopoldo Beristain, quien tenía una compañía artística y lo contrató como bailarín de la misma.

Empezó a hacer giras con ella por toda la República Mexicana, y es en Panamá donde el entonces muy popular actor Pedro Armendáriz lo ve y lo contrata para una serie de giras por Centroamérica, recomendándolo posteriormente para su debut en cine en una película que Armendáriz estelarizaría, al lado de la bellísima checa Miroslava: Juan Charrasqueado (1947).

En ella Arturo tiene una actuación tan convincente que logra una nominación al Ariel por mejor coactuación, ganándole el premio Víctor Parra, otro de los grandes villanos de la época.

Después del éxito de su primera incursión cinematográfica, le dieron papeles en grandes producciones como Si Adelita se fuera con otro (1948) con Jorge Negrete y Gloria Marin, Soy charro de levita (1949), en donde hacía sufrir al genial Germán Valdés “Tin Tan” en una de sus mejores cintas, Quinto patio (1950) que regresaba a Emilio Tuero parte de su popularidad perdida, Rosauro Castro (1950) de Roberto Gavaldón y en la que trabajaba con otro de los odiados villanos: Carlos López Moctezuma, Un rincón cerca del cielo (1952), intenso drama protagonizado por Pedro Infante y Marga López, Sandra, la mujer de fuego (1954) del director Juan Orol, con quien trabajó en varios filmes, Caballero a la medida (1954) con Cantinflas, El 7 leguas (1955) con Luis Aguilar y Yolanda Varela, La escondida (1956) con María Félix.

Inicia su labor en 1960 en la cinta El hijo del charro negro, que hizo protagonizar a Rodolfo de Anda, hijo de quien había interpretado con gran éxito al "charro negro", el productor y director Raúl de Anda.