Los principales proyectos en el período temprano buryí en Egipto fueron los complejos emprendidos por Barquq (r. 1382-1399), Faraj (r. 1399-1412), Mu'ayyad Shaykh (r. 1412-1421) y Barsbay (r. 1422 -1438).
[cita requerida] En las provincias orientales del Mediterráneo, el lucrativo comercio de textiles entre Irán y Europa ayudó a reavivar la economía.
La arquitectura mameluca a menudo se categoriza más por los reinados del principal sultán que por un diseño específico.
La élite mameluca a menudo tenía más conocimientos en el arte de los edificios que muchos historiadores.
Podían incluir funciones caritativas y servicios sociales, como una mezquita, khanqah, madrasa, bimaristan, maktab (escuela primaria), sabil (fuente pública para dispensar agua a la población local) o hod (abrevadero para animales); o funciones comerciales, como wikala/khan (un caravasar para alojar a los mercaderes, sus caravanas de camellos y sus productos) o rab (un complejo de apartamentos para inquilinos).
Esto permitió que el legado del sultán estuviera asegurado a través de sus proyectos arquitectónicos, y que su tumba, y potencialmente las tumbas de su familia, se colocasen habitualmente en un mausoleo adjunto a su complejo religioso.
Por ello el celo constructivo de los gobernantes mamelucos también estuvo motivado por beneficios pragmáticos muy reales, como reconocen algunos observadores contemporáneos como Ibn Khaldun.
[1] Si bien la organización de los monumentos mamelucos varió, la cúpula funeraria y el minarete fueron constante leit motiv.
[1] Los patrocinadores usaron estos atributos visuales para expresar su individualidad al decorar cada cúpula y minarete con distintos motivos.
Además, se crearon nuevos conceptos estéticos y soluciones arquitectónicas para reflejar el papel que asumían en la historia.
En 1285, las características esenciales de la arquitectura mameluca ya estaban establecidas en el complejo del sultán Qalawan.
Sin embargo, a los mamelucos les tomó tres décadas crear una arquitectura nueva y distinta.
Se suponía que la gran muralla emprendida por Saladino abarcaría al-Qata’i’, al-‘Askar, al-Qahira y Fostat, a fin de que la ciudad se convirtiera en una entidad, pero la empresa seguía sin terminarse.
El complejo comprende así, además de una tumba y una madrasa, un inmenso maristán con cuatro iwanes diferentes.
Las influencias sirias, bien conocidas del mecenas por sus numerosas campañas en esa región, son también vivaces (técnica del ablaq, etc.); pero la fachada, compuesta de arcadas aplacadas, permanece en la tradición arquitectónica de El Cairo.
Esta fue la primera madrasa egipcia cuyos cuatro iwanes se previeron para acomodar cada uno un rito diferente.
Este complejo, menos ambicioso que el de su padre, es muy simétrico, una rareza en la arquitectura mameluca.
Por esta inmensa construcción, An-Nasir al-Hassan parece haber intentado afirmarse a sí mismo, mientras que fue considerado como un dirigente débil e ineficaz.
En Egipto, Barquq, el primer sultán circasiano, perpetuó la tradición de los grandes complejos funerarios.
Contiene dos minaretes, dos sabil, una madrasa y dos tumbas bajo una cúpula decorada con zigzags horizontales.
Un largo corredor conecta con la tumba del padre de Barquq, donde este último fue finalmente enterrado.
Su portal se trata a la manera iraní, como un pishtak, con azulejos de colores alternos.
Esto no excluye una dotación excepcional para este complejo, que se convirtió en una de las universidades más importantes.
Bajo Qaitbey (r. 1468-1496) tuvo lugar un gran renacimiento arquitectónico, que revivió los esplendores del período bahrí.
La decoración incluye pavimentos de mármol, maderas pintadas y doradas, mientras que la mampostería en sí es bicroma.
Estos vivían en los pisos, y las habitaciones en la planta baja se destinaban a una función económica.
Los palacios siguen la misma organización, con una sala principal, la qa'a, que se abría sobre las habitaciones secundarias.
No había apartamentos reservados para las mujeres, pero se podían encontrar jardines independientes del patio en las habitaciones.
En general, las casas y comercios se mezclaban en el área de los zocos centrales de El Cairo fatimí: los elementos con vocación económica tenían lugar en la planta baja y las residencias en los pisos.