Finalmente por problemas de convivencia se retira del grupo y señala posteriormente que no recomienda la vida en comunidad.
Falleció en Nueva York, adonde había ido a operarse de un tumor cerebral.
Al regresar de Europa se inició en el periodismo, hacia inicios del siglo XX.
Pronto adquirió fama por su pluma y sus críticas literarias, que ejercía en El Diario Ilustrado.
La obra de Mistral fue una verdadera revelación para Donoso, quien en adelante mantuvo una viva relación y epistolario con la poetisa.