Manuel Magallanes Moure

Vivió largos años en la ciudad de San Bernardo, en la calle Eyzaguirre, donde realizaba tertulias literarias.

Se desempeñó como secretario municipal y alcalde de San Bernardo.

Sin embargo, como en todo orden de cosas, no faltaron los críticos a su tarea.

Y los eruditos de costumbre, con cejas enarcadas y ceño fruncido, no encontraron nada más loable que desmejorar su labor, aduciendo que su poemática poseía imágenes gastadas, era anémica, vago el objeto poético, había torpeza para entrar en el campo metafísico, se tropezaba con un romanticismo de segundo plano y existían influencias mal asimiladas de Darío, Nervo, Maerterlinck, Samain, Espronceda, objeciones, como se verá, ciertamente mortificantes y definitivas, que dejaban en un pie mínimo la tarea de Magallanes Moure.

Gabriela Mistral comentó sobre la poesía de Magallanes Moure: «Es una pena que tengamos tan desacreditado el elogio en América, que no significa nada decir que la poesía de Magallanes fue la más pura, porque se ha dicho eso precisamente de muchos.

Y como todo romanticismo que se precie de tal, el trabajo del escritor rumba sus pasos hacia versos sencillos, simples, de mucho sentimiento, donde el paisaje, especialmente todo lo concerniente al mar (buques, playas, olas), cobra especial realce.

Busto Magallanes Moure en el Parque Forestal de Santiago .