El seleccionado local tenía que ganar por una diferencia de al menos cuatro goles para superar a Brasil dentro del Grupo B y así acceder a jugar la final, ya que estaban empatados en puntaje, pero Brasil contaba con una diferencia de gol superior al seleccionado local.
El conjunto peruano ya estaba fuera de competición, al no haber cosechado ningún punto.
En la final, Argentina se coronó campeón del mundo por primera vez en su historia tras ganarle 3:1 a Países Bajos.
Se ha sospechado que pudo existir algún arreglo o entendimiento para brindarle alguna ventaja al conjunto local.
Diversos periodistas, jugadores de diferentes seleccionados e incluso políticos, han dado versiones sobre si existió o no un arreglo para beneficiar a la selección Argentina, no existiendo un consenso sobre si la victoria argentina fue motivada por factores externos poco éticos.
Los jugadores del seleccionado peruano han dado versiones diferentes de lo sucedido, mientras que algunos alegaron que sucedieron cosas irregulares antes y durante el encuentro, tal como la visita del dictador argentino Jorge Rafael Videla al vestuario peruano, otros desmienten cualquier tipo de arreglo, adjudicando la goleada al pobre nivel del seleccionado de Perú.
Se destacan partidos previos a la Copa Mundial, con César Luis Menotti como director técnico del seleccionado argentino.
El seleccionado argentino clasificó segundo en su grupo tras ganarle por 2:1 a Hungría y Francia.
El primer partido enfrentó a Brasil y Perú, finalizando con una victoria de los brasileños por 3:0.
Argentina y Brasil llegaban al último partido con 3 puntos, aunque la verde-amarela tenía mayor diferencia de gol.
Argentina llegaba en desventaja frente a Brasil, con los mismos puntos pero con un gol menos de diferencia.
La FIFA dispuso que Brasil debía jugar primero contra Polonia y Argentina después contra Perú,[8][9] concediéndole así una ventaja al equipo argentino, al conocer de antemano qué cantidad de goles serían necesarios para llegar a la final.
Perú, los brasileños exigieron jugar ese tercer partido de la segunda fase al mismo tiempo que la Argentina, pero la FIFA se opuso.
Otros, por investigaciones recientes, apuntan a que habría existido un acuerdo entre ambos gobiernos en el marco del Plan Cóndor.
Según Rodríguez Mondragón, el argentino y representante de jugadores Carlos Quieto, le transmitió a Rodríguez Orejuela que los militares argentinos y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) deseaban reunirse en reserva con las autoridades de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), con la que el capo colombiano mantenía estrechas relaciones.
[25] Varios jugadores del equipo peruano sostuvieron que a su criterio se habían producido sospechosas irregularidades o directamente sobornos.
Velásquez dijo también que aunque no tenía pruebas, sabía que varios dirigentes y seis jugadores peruanos habían sido sobornados para dejarse ganar, mencionando entre ellos a Rodulfo Manzo, Raúl Gorriti, Juan José Muñante y Ramón Quiroga (el portero de Perú nacido en Argentina).
[13] En una investigación realizada por Fernández Moores para Radio Continental, el periodista Carlos Juvenal contó que el propio capitán del equipo Héctor Chumpitaz, le confesó sobre "un dinero adicional", pero le agregó que jamás lo admitiría de forma público.
[29] Los jugadores han negado tales versiones, señalando además que son acusaciones sin pruebas.
Por ejemplo, hay un gol de Tarantini en el que Manzo se agacha y lo deja solo.
Después jugué otro Mundial y el hincha de Perú siempre me trató con respeto.
En el cuarto gol de Argentina, Manzo se agacha y me deja solo al rematador".
[39][40] Héctor Chumpitaz, capitán de ese equipo peruano, declaró que su selección jamás se vendió.
Finalmente, Cubillas consideró absurdo pensar que Argentina le envió toneladas de trigo al Perú, retribuyendo el hecho.
[44] En un artículo publicado en 2018, el periodista peruano Valentín Ahón descartó que haya existido algún entendimiento o pacto entre las dictaduras de Argentina y Perú.