Dinastía aqueménida

Sus sucesores Cambises II y Darío I el Grande continuaron su obra, y este último reorganizó el imperio en satrapías, alcanzando el cenit de su poder; sin embargo, los sucesivos fracasos al intentar someter a las ciudades griegas (guerras médicas) en la primera mitad del siglo V a. C., debilitaron el imperio, y aún lo harían más las tendencias secesionistas de algunas provincias, hasta que la conquista de Alejandro Magno (331 a. C.) puso fin al imperio aqueménida.

Ciro murió en batalla contra los masagetas, tribus nómadas que recorrían las tierras aledañas al mar Caspio.

Este afirmó que el supuesto heredero al trono, Esmerdis –segundo hijo de Ciro– era un impostor medo, pues Esmerdis había sido asesinado por Cambises un año antes, temiendo que le usurpase el poder; Darío se atrevió incluso a publicar esto erigiendo una piedra escrita en tres idiomas –persa antiguo, elamita y acadio–.

Esto aseguraba de alguna manera el control absoluto sobre sus parientes que tenían su propia corte y ejército pero no podían fallar en dar tributo a su emperador.

Coincidiendo con la hegemonía aqueménida surgió el zoroastrismo –también conocida como mazdeísmo– en Irán pero al alzarse con la conquista de Babilonia, Ciro le rindió personalmente culto a Marduk y su sucesor se proclamó faraón en Egipto practicando la religión propia del lugar.

Mapa del Imperio aqueménido alrededor del 500 a. C.
Rhyton de oro encontrado en una excavación de Ecbatana . Guardado en el Museo Nacional de Irán.
Brazalete de Oxus , objeto aqueménida que forma parte del magnífico " Tesoro del Oxus ".
Reyes de Media (en rojo) y aqueménidas de Anshan (azul) y Persia (verde). Los reyes aqueménidas de Anshan eran sub-reyes, sometidos a la autoridad de los reyes de Media.